LA MEJOR PARTE

Aburrida, aburrida y más aburrida... Estoy en un estado de desinterés y falto de energía, sin altos ni bajos; es decir instalándome en la monotonía. Aburrimiento en el estado mas puro de la palabra.
Es algo que me pasa siempre en estas fechas; me aburre mortalmente el mes de Diciembre, no le encuentro ningún atractivo hace tiempo y de momento, claro.
Por lo tanto, me he dedicado a pensar en probabilidades varias; desde la opción de viajar a algún sitio cálido, a irme a algún recóndito paraje solitario; es decir desplazarme al pueblo, en el interior de mi bella Galicia, pasando por la posibilidad de visitar a mis amigas en Lanzarote, que están empeñadas en recordar viejos tiempos y finalizando por utilizar mi calenturienta imaginación en beneficio de matar el mes a toda velocidad.
Tan sólo divago, porque las responsables tradiciones familiares no me permiten hacer nada mas que utilizar una de las mejores partes de mi cuerpo: mi cerebro. Insisto, una de las mejores.
Me pongo a ello con la discreta compañía de mi ipod y la calefacción por encima de las recomendaciones estatales.
Es decir, que me imagino el delicioso placer de la caricia del sol sobre mi piel, mientras estoy cómodamente instalada en una tumbona, de una playa, en una isla del Mediterráneo. Deliciosa cena en Ocean Drive y dos o tres copas en El Divino. Uffffffff.
Mi visualización de las tórridas arenas de las Salinas y de los espectaculares seres de distinto sexo (allí son de carne y hueso, aqui tambien, pero menos) se ve interrumpida de vez en cuando, por la futura factura de la compañía eléctrica.