E L T I E M P O




Llueve, llovió casi todo el día. Imposible salir al exterior. Las macetas que dan vida a las tuyas del Canadá y a los abetos, se cayeron y ahora se deslizan por el suelo de la terraza movidas por el ligero viento. Se caen las flores de mi níspero y se aleja el perfume de las flores de mi lima. Y sigue lloviendo, no se ve el otro lado de la ría, ni se atisban las mejilloneras. Casi todos los días observo los vehículos que por la autovía se dirigen hasta ¿Cangas? o ¿se quedan en Meira? ¿algunos llegaran hasta Beluso? Viene a mi mente el bogavante con arroz que preparan divinamente en un restaurante de la zona. Decido vestirme y salir a la calle, echo de menos el quinto te, siempre en el mismo sitio, casi siempre en la misma mesa. Esta vez, la acera esta mojada, las mesas y sillas de las terrazas de la calle están vacías, pero siguen ahí, siempre están ahí. En la calle se respira otro ambiente, mas gris, mas húmedo, mas frío. Ha llegado el momento, quiero que sea mi momento. Ya no llueve. Mañana no lloverá. Mañana...


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La lluvia, la pertinas lluvia gallega lo impregna todo de una paleta de colores frios, grises o violáceos, poniendo una neblina de "morriña" en esas tierras mágicas y misteriosas.

Precioso texto.

Un cordial saludo
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias logan y lory.... ya veo que sabeis como es nuestra lluvia!!!! Es necesaria pero, no me gusta nada la lluvia.
Muchas gracias, por duplicado.

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