T I N I E B L A S

Agazapado entre los arbustos de la noche, espero su llegada.
No siempre llegan, cuando lo hacen no puedo escapar, me atrapan.
Sus afiladas garras se abren y se hunden hasta rasgar el aterciopelado color.
Todo se vuelve carmesí, intenso carmesí.
Me arrastro entre las rojas arenas, hasta el negro abismo acuoso.
Se alejan. Dejan tras de si, la seguridad de su regreso.
Desciendo hasta la superficie del suave color que asoma tras el estridente y monótono sonido.
Abro los ojos.