EN LAS ALTURAS

Te escribo con la mente y desde mi altura, esperando que en algún momento el aleteo de mi transporte haga llegar cada una de las letras hasta tus sentidos; mientras espero, desgrano el tiempo en pequeños trocitos que voy dejando caer al suelo cuando se consumen. Cuando te acercas a mi no sabes que te estoy esperando, siempre te espero. Desde aquí, observo como los seres se deslizan cada día, en ocasiones rápidos, alegres, otras lentos y cabizbajos. Yo solo tengo ojos para ti. Me gusta lo que soy. Me gusta que tu no sepas que soy. Siempre puedo elegir que seré, cuando presiento tu cercanía. En muchas ocasiones no estoy en las alturas, te siento llegar desde la barandilla. No me ves, lo sé. Entonces juego contigo, te sorprendo, te divierto, soy caprichosa y tu sonríes. Te estoy esperando y hoy pienso en ser solo una chispa divertida. Ya falta poco, cuando las sombras agazapadas en la oscuridad se deslizan sobre la Ria y los sonidos se amortiguan, llegas tu. Te lo aseguro, hoy seré buena, tiraré de tus pantalones, subiré a tu chaqueta, atisbaré en tus bolsillos, dejare que suspires y me soples, inhalaré tu perfume y lo guardaré en mis sentidos hasta mañana. Hoy seré buena. Mañana volverás y estaré aquí. Pero, mañana no jugaremos, mañana seré distinta, calculadora y diabólica. Si, mañana. No cambies tu trayecto, no puedes. Seguiré aquí. Te estaré esperando... y entonces...




Sin tu colaboración.... mi desvario no sería lo mismo. Ya se sabe, una imagen vale mas que mil palabras. Y si son dos?