LAS DIOSAS DEL OLIMPO

Las grises nubes despliegan todo su esplendor sobre nuestras cabezas mientras vamos en busca del barco.
Desde el malecón observamos la quietud del agua.
No es un buen día para navegar, pero es osado. A veces mi Ría sonríe y otras prefiere no hacerlo.
Ni una cosa ni la otra, el agua esta oscura, muy oscura, quieta y amenazante.
Cuando miro hacia atrás, me distraen las mariposas de la blanca espuma que se forma con nuestra estela, es lo único que rompe la inmensa oscuridad del agua. Hermosa e inquietante negrura.
Vuelvo la vista hacia la proa, allá están, allá las veo, están allí. Hermosas,
hieráticas, rielando su contorno sobre las nubes, magnificando su belleza en el horizonte.
Son únicas, son mis Diosas y me esperan. Siempre están ahí. Mis ojos se deleitan, mis oídos gozan y mi piel palpita al notar la cercanía de su presencia.
Cada vez estoy mas cerca de ellas. En el Olimpo de esta Ría, tan solo ellas.




La segunda foto es cortesía del Viajero De Una Noche De Invierno.